lunes, 13 de enero de 2014

Mi lobo blanco

Dicen que las noches son mágicas, ¿sabes? Hay algo en ellas, algo que las hace extrañas, atrayentes. Especiales. Es en esas noches cuando mi mente se evade de lo que acontece a su alrededor y logra que todo tenga un sentido diferente. ¿Sabes por qué considero que la relación que tenemos es tan extraña y a la par especial? La razón de ello es que me recuerdas a mí. A mí hace unos años, cuando todo lo que me rodeaba era mucho más frustrante, cuando parecía que en el futuro no había nada claro... Es evidente que no somos iguales, pero cuando me cuentas tus problemas, me recuerdan a los míos. Tampoco son los mismos pero su esencia sí es la misma y el sentimiento que provoca, muy parecido. Y los ojos azules... Definitivamente los ojos azules tienen algo que ver en todo esto.
A veces mirándote a ti me veo a mí. Es extraño. Me pregunto qué opinión tendrás de mí, de forma sincera. Me pregunto qué tendremos realmente en común. Si tú también notas que hay noches que son mágicas, que tienen algo en el ambiente que las hace distintas. Especiales. Noches en las que sueñas con tu animal. Como me sucede a mí con mi lobo blanco. Últimamente apenas noto su presencia, pero hace un tiempo hasta se me aparecía en sueños. Antes lo notaba caminando conmigo allá a donde fuese, en mi interior. Ahora es como si estuviera dormido. Sólo espero que no me haya abandonado. 
Me pregunto si tú tendrás un animal que camina contigo, y cual será. Me pregunto si te visitará en sueños y si ves en él la fuerza que muchas veces necesitas pero no sabes de dónde sacar. 
Y de ser así, sólo espero que jamás tengas la sensación de que te haya abandonado.

4 comentarios:

  1. Te envidio. Si me mandaran escoger un pecado capital, seguramente la envidia sería el que más abunda en mí. Envidia a mucha gente por muchas cosas. En tu caso, te envidio como a nadie por lo buen escritor que eres. No sabes cuánto daría por poder escribir como tú. Aprovecha este don que tienes.

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